La luz como emblema: el frontal de BMW, una firma de diseño que ilumina la historia
    La luz como emblema: el frontal de BMW, una firma de diseño que ilumina la historia

    En la industria del automóvil, pocas marcas han sabido convertir elementos técnicos en verdaderos iconos de identidad. Para BMW, la luz ha dejado de ser simplemente un recurso funcional para convertirse en un emblema estético y emocional. Hoy, el frontal iluminado de un BMW no solo ilumina el camino: también revela el carácter de la marca.

    Desde los clásicos faros redondos independientes de los años 60 hasta los sofisticados sistemas  OLED de última generación, BMW ha transformado la iluminación en un lenguaje propio. El llamado “rostro de cuatro ojos”, nacido en los años 70 con modelos como el BMW 5 y el 6, se consolidó como una de las señas visuales más reconocibles del automovilismo.

    Pero más allá de su historia, lo que realmente distingue a BMW es cómo ha sabido evolucionar este diseño manteniendo siempre su esencia. Los Angel Eyes, anillos luminosos introducidos a principios de los 2000, dieron un nuevo carácter al frontal de los modelos, añadiendo una firma lumínica diurna que se convirtió en tendencia para toda la industria. Hoy, tecnologías como la luz láser, los faros de cristal Swarovski del nuevo BMW i7 o la icónica parrilla iluminada “Iconic Glow”, llevan este legado a nuevas cotas de sofisticación.

    “El frontal de un BMW debe comunicar presencia, precisión y dinamismo. La luz es nuestro recurso para transmitir esa emoción incluso antes de que el coche arranque”, explica un diseñador jefe de BMW Group. Es así como la iluminación ha pasado de ser una necesidad técnica a una expresión visual, casi artística.

    La estrategia de BMW con sus luces no solo ha definido el aspecto de sus vehículos, también ha contribuido a consolidar una identidad de marca reconocible incluso en la oscuridad. Cuando un BMW se aproxima de noche, no hace falta ver el logo para saber de qué coche se trata: sus líneas de luz, su mirada agresiva y su geometría precisa hablan por sí solas.

    En un mundo en el que el diseño del automóvil tiende a la homogeneización, BMW demuestra que la innovación puede respetar la tradición. Y que la luz —cuando se diseña con intención— no solo ilumina el camino: también marca el rumbo de toda una marca.